jueves, 12 de abril de 2012

Alguien tiene que hacerlo

Mi padre me dice que debo reconsiderar el dedicarme a ser profesor, me dice que es un trabajo muy pesado y no es bien remunerado, que las condiciones no son las adecuadas, que hay que buscar mejores opciones porque de lo contrario me espera una vida bastante precaria.

Pero que demonios, me gusta lo que hago, me parece que es importante, sé que no soy el mejor pero, para ser honestos me considero malo porque estoy seguro que tengo mucho por mejorar en ello, y lo haré, estoy convencido de ello. Quizá todo lo que me ha dicho es cierto, pero entonces si no lo hace alguien que le gusta ¿Quién lo hará?

Lo cierto es que la respuesta a esa pregunta me parece francamente preocupante, si alguien que siente vocación por ser profesor no se dedica a ello a final de cuentas ¿Qué tipo de personas se quedarán? Los que no tengan ninguna otra posibilidad, y en tales condiciones sin estar ahí por gusto la vida puede volverse tortuosa, no solo para el profesor sino para los alumnos.

Así que no pienso abdicar, aun soy joven y creo que el amor lo puede todo, en este caso el amor a tu trabajo, a tus estudiantes, de momento es lo que me llena y es lo que me hace sentir que puedo hacer algo útil con mi vida.

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