miércoles, 27 de mayo de 2009

Reencuentro

Y una vez mas sus miradas se cruzaron y el tiempo se detuvo como la primera vez que lo hicieron hacia ya casi cuatro años, y nuevamente esos ojos que le robaron su color al cielo se clavaron en su corazón como un par de zafiros en un fragmento de oro. Solo el anden los separaba y rápidamente subieron las escaleras para encontrarse sobre los trenes que seguían su curso mientras el tiempo se detenía para dos corazones que latían al mismo ritmo una vez mas, al llegar el uno al otro como las aguas de un río que inevitablemente desembocan en el mar no tuvieron que decir palabra alguna, sus ojos lo decían todo, el seguía siendo de ella, como lo fue desde que se conocieron y como lo seria hasta el día de su muerte, ella le pertenecía, como jamás podría pertenecerle a otro hombre, como lo hace alguien que funde su alma con la del amor de su vida.

No importo que estuvieran con alguien mas en ese momento, o en otro, era inevitable que al estar frente a frente nada en este mundo siguiera importando, todo desapareció cuando se veían el uno al otro reflejados en esos ojos que tanto amaban, el era el príncipe azul de su mirada y ella tan dulce como la miel en sus ojos.